El texto siguiente es un extracto de la pasada edición del programa de televisión “Más para allá, al fondo”, que se emite semanalmente a través de la cadena IdioTV. El contenido de este espacio, así como de la transcripción que aquí se adjunta, no está recomendado para edades mentales menores de seis años, puesto que los inquietantes casos que se reflejan, así como las dramatizadas reconstrucciones, pueden resultar muy impactantes e incluso traumáticos.
<< P (presentador): Seguimos en “Más para allá, al fondo”..., después del desgarrador caso de esta mansión de Bujaraloz que, al parecer es la casa encantada con menos fantasmas del mundo, cero, según se ve, queremos permanecer en territorio nacional..., queremos contarles la historia “del viajante”. Todos, una u otra vez en nuestras vidas, hemos oído historias..., relatos acongojantes acerca de gente que, viajando en coche, por carreteras apartadas y de noche... ha tenido encuentros misteriosos con lo que después han interpretado que eran espectros, apariciones, espíritus... Conocemos el caso de autoestopistas que, habiendo sido recogidos por los hospitalarios conductores, se desvanecen al cabo de un rato de dentro del coche mismo, en el intervalo de un pestañeo. También, aquellos otros en que una joven pálida y en camisón era avistada en las cunetas que..., después descubrían los aterrados conductores, habían visto los más cruelmente mortales accidentes de tráfico.
En nuestra geografía conocemos, especialmente, la historia del “viajante”, este hombre que, vestido de franela negra, con sombrero y gruesas gafas, ha sembrado el desconcierto a lo largo y ancho de nuestras calzadas. Generalmente, los testigos que nos dan cuenta de sus actividades se lo encuentran a un lado de la carretera, andando sin muchas ganas o parado y con la mirada fija en el horizonte, “como esperando el autobús”, nos decían algunos. Ante tan penosa imagen (no hay autobuses a las dos de la mañana) muchos..., de forma un tanto incauta, han optado por ofrecerse a llevarlo a alguna parte. Estos testigos nos dan descripciones parecidas del “viajante”: alto y chupado, calvo y parco en palabras y de cómo...en muchos casos, en un determinado instante, sus ojos parecían cobrar vida para advertir de un accidente por venir, después de lo cual se desvanecía sin más. Algunos, después de encontrarse con él, ya no volverían a ser los mismos.
Estas historias..., estas leyendas urbanas suelen presentarse en muy distintas versiones pero, curiosamente, todas tienen un mismo fondo. Además, en su integración en la cultura popular es frecuente que se les adjunte algún tipo de juicio moral sobre el mundo que las rodea..., se convierten en mitos que pretenden explicar algo que podría ser, en si mismo, inexplicable.
Hoy pretendemos..., en la medida de lo posible, hacer una revisión y alumbrar un poco en lo que se esconde detrás de estas historias, ubicándolas en sus respectivos contextos, los lugares, los participantes... Tenemos, hoy en el plató de “Más para allá, al fondo”, al Viajante. Buenas Noches.
EV (El Viajante): Hola, buenas noches Josetxu.
P: Gracias por estar hoy aquí con nosotros.
EV: Bueno, ya sabes, me han traído... y tampoco tengo mucho que hacer, es lo que tiene ser alma en pena, aunque yo prefiero el término “desahuciado dimensional”...
P: Ja ja...
EV: “Ja ja”, ¿que?
P: ...ehmmm....
EV: No, es que es algo serio..., es algo serio... Somos un colectivo discriminado, no somos propios de ninguna dimensión, somos desplazados, exiliados políticos, por eso vamos con esta cara de asco que asusta..., pero ¡no porque nos guste!
P: ¿Dice usted que son un colectivo?, es decir...
EV: Si, si, muchos amigos míos están en esta misma situación y le aseguro que no es cosa de risa...
P: ¿Habla de estos otros casos que comentábamos de autoestopistas fantasma...?
EV: Fantasmas no, eh. La mayoría son muy humildes... Pero sí, de ellos y de tantos otros..., todos los que estamos en el limbo, vaya, a medio camino...
P: Bueno, algo es algo, ¿no?
EV: ¿Ha estado en los Monegros?
P: Si...
EV: Pues el limbo es peor.
P: ¿Peor?
EV: Bueno, peor no. Pero es muy parecido. No hay un solo bar arregladito para tomar algo, solo un chiringuito frecuentado por varios fragmentos de la personalidad de Carmen Sevilla.
P: Vaya..., ¿así que viene por aquí como morando entre dos mundos?
EV: Pues si...
(pausa)
P: ¿Qué le parece nuestro plató?
EV: Está muy bien... (sin ganas)
(pausa tensa)
P: Bien, bien, bien... pasemos a algo más substancioso. A usted se le atribuye, en ciertas ocasiones, el acudir en ayuda de alguien que esta a punto de tener un accidente..., con tal de evitarlo...
EV: Bueno, mire, no. Yo me subo a los coches de los que paran por distraerme... porque andar por cunetas cansa..., quiero decir..., todo el rato de canto y resbalando con la gravilla... Después muchas veces me toca intervenir, porque tal como conduce la gente... Pero al rato me largo porque los del seguro siempre vienen con preguntas.
P: Ah, y...
EV: Eso si, otras veces dejo que se la den pero bien, por capullos... Total, como yo traspaso.
P: Ahá, ahá.., Los testigos afirman que usted nunca media palabra cuando se encuentra con alguien...
EV: Bueno, ¿y que quiere que pregunte a las dos de la mañana?... ¿qué, que tal por el puti...? Entiéndame, ya pase por ese periodo de intentar hacerme el sociable, pero a mi me cuesta lo de la conversación intranscendente y la gente se tomaba a raro mis preguntas. Una vez me confundieron con un inspector de hacienda y..., bueno, la gente a esas horas, y al volante, no esta para reparos... Básicamente me montaron una escena, me dieron collejas, me quemaron con un mechero y me sacaron del coche a hostias. No es que me hicieran nada, pero... desagradable, muy desagradable.
P: Ya, es que así vestido...
EV: Bueno, al no ser un ente corpóreo no puedo deshacerme de esta mierda de atuendo... ¿Se cree que no me jode andar por ahí con esta pinta de estirado? A estas alturas ya me vestiría de lagarterana... solo por variar un poco.
P: Bueno, entonces quizá pararía más gente... (contiene una risa estúpida).
EV: Si, ya lo había pensado (sin reírse)
(pausa tensa).
P: Por último, nos podría contar que es lo que lleva...en el maletín, en este maletín del que, hablan los testigos, usted jamás se desprende cuando...
EV: Bueno... ¿A usted que coño le importa lo que llevo en el maletín? ¿Se cree que siempre me aferro a él por nada? ¿Acaso le pongo yo una cámara delante para preguntarle que hay en esa cajetilla que se saca a toda prisa del bolsillo cada vez que va al lavabo?
(pausa tensa)
P: ...para ser un ser tan singular es usted un poco borde...
EV: Mire, sinceramente, yo pensaba que venia aquí a contar cosas mías, no se... mi infancia, mis escritores preferidos, gustos culinarios, sueños y esperanzas, que espero de la no-vida..., o de la no-muerte...jeje...
P: Mhmmm... (sonrisa forzada), ¿nos puede contar algo acerca de sus sueños y esperanzas...?
EV: Pues... no se..., me ha mareado tanto ya con tonterías que... Bueno, no se... encontrar un espíritu afín supongo...
P: Nunca mejor dicho...
EV: ¿Qué?
P: Nada.
EV: Ehmmm..., subirme en un deportivo...siempre me ha hecho mucha ilusión..., y...
P: ¿Qué?
EV: No, nada...
P: Vamos hombre...!
EV: Bueno...
P: Venga!
EV: Pues quería ver si me cogían para el casting de Gran Hermano, que si acabo ganando igual hasta me puedo pagar una hipoteca allá, en el “otro lado”...
P: ¿Quiere decir que “allá” también tienen problemas con eso?
EV: ¿Qué quiere? ¿No ve que eso está lleno de beatos sin escrúpulos?
P: Ah, ya.
EV: Y aún peor, están todos los del opus. Y, claro, hacen lo que les sale...
P: (mientras le abre el maletín) Vaya, así que están caras, ¿eh?
EV: Por las nubes... JA JA JA... ¡¡Eh, oiga!! ¿¡Qué hace!?
P: Esto está lleno de revistas guarras...
CGM.
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