lunes, 8 de noviembre de 2010

Revista tecnológica; ponga música a su vida.

Esta semana en “Revista tecnológica” les brindamos un breve pero exhaustivo reportaje sobre el impacto social que ha causado el lanzamiento del “Life Soundtrack”. Este nuevo artilugio, desarrollado con la tecnología punta de más histérica actualidad, se ha introducido en nuestras vidas a una velocidad de pasmo, hasta el punto que a muchos ya les cuesta imaginarla sin él.
El “LS D-3000” o “Life Soundtrack” consiste en una serie de pequeñísimos sensores de sudoración, presión arterial y tránsitos estomacales que sirven para hacer un diagnóstico complejo y constante del estado emocional en que se encuentra el sujeto radiografiado. A partir de la identificación de los estados base, las fluctuaciones y las interacciones que se producen entre ellos, se asignan melodías a aquellos más importantes, o de mayor intensidad, dotando de una aureola más escénica y “estéticamente disfrutable” a cada momento. Esto se consigue gracias a la tecnología “blue teeth”, que permite transmitir al instante los datos que recogen los sensores hacia una centralita ubicada en el oído interno, la cual, a su vez, está dotada de un microscópico aunque “petante” altavoz.
De esta forma, la insufrible monotonía de las escenas cotidianas, antes sólo unidas entre sí por un velo de kafkiana alienación, se ve enormemente mitigada e incluso se afirma que se “afronta la vida con un mayor entusiasmo”. Muchos de los que lo han probado afirman que “todo son colores y sus matices” después de implantarse el “LS D-3000” y que el tono, ora de epopeya, ora de tierno lirismo, “resalta de una forma excitante y cautivadora los vaivenes de la propia vida, como en las telenovelas”, e incluso que “hace más fácil vivirla aunque esta sea una puta mierda”.
A pesar de que ya hay algunos cenizos que han saltado con referencias a un “holocausto orwelliano” por su culpa, la popularidad del artefacto no deja de crecer, gracias a su módico precio, 350 euros, y a su capacidad de aportar un “importante aderezo a la vida de cualquiera, desde amas de casa subestimadas y sobrexplotadas hasta altos inversores adictos al peligro”, en palabras de su inventor Hornad Sklöpfzenmanns.
En una reciente entrevista con “Time”, Sklöpfzenmanns relataba como la idea para el producto le había sobrevenido al observar lo acostumbrada que está la gente de los países de occidente y la India a un lenguaje audiovisual ya tan omnicomprensivo que era difícil que los propios pensamientos y emociones que afloran en sus ciudadanos no tuvieran esas imágenes, del cine y materiales televisivos, como clara referencia e inspiración. Por eso, anotaba  Sklöpfzenmanns que en muchas ocasiones la vida se ve desprovista de una cierta intensidad narrativa y que, además, aquellos momentos en que sí estaba presente un grado de emotividad dejaban una sensación de sinsabor y desvirtuamiento difícil de asimilar.
Sklöpfzenmanns seguía, en la entrevista, con una situación personal en la que estaba despidiendo a una novia suya en la estación de tren de Helsingborg, desde donde ella partía hacia Kosovo para intentar fomentar un sincero diálogo entre serbios y musulmanes. “A pesar de que ella estaba desconsolada, que yo la quería con toda el alma y que tenía la certeza absoluta de que no la volvería a ver de una pieza”, decía Sklöpfzenmanns, “no fui capaz, por mucho que lo intenté, de encontrar la escena tan conmovedora, ni remotamente, como la despedida de Bogart y Bergman en “Casablanca”, con su fondo de sostenida amargura y las notas finales de “La marsellesa”, que ensalzan la virtud varonil de recuperarse estoicamente de un desencuentro amoroso”. Sklöpfzenmanns proseguía contando cómo, en medio de sus infructuosos intentos por lograr que un revisor imitara a Claude Rains, concibió que si hubiera un sistema para dotar de música a ese tipo de momentos todo hubiera sido distinto, más ameno, y no habría requerido de la colaboración de indeseables. Una simple tonadilla en MIDI de “Love story” hubiera bastado, pensó.
Hoy las cábalas que pasaron en su día por la mente de un genio son ya una realidad, gracias a los recientes avances y popularización de los usos de las tecnologías de la era digital. Con su potente nanoprcesador y una vez implantado en el sujeto, el “LS D-3000” se toma una semana para almacenar información sobre su cotidianeidad y los altibajos más recurrentes. A partir de entonces, de una forma progresiva pensada para evitar estridencias, empieza a emitir una banda sonora personalizada para la vida de quien lo lleva, seleccionada, en función de asunciones-tipo, de entre una base de datos de 400 millones de títulos.
Pero esta revisión de la vertiente social del producto que nos proponíamos no sería completa sin haber atendido a aquellos usuarios de a pie que nos han brindado su opinión propia de forma desinteresada y a cambio, solo, de una merienda y un billete de metro gratis. Un transeúnte anónimo nos narraba como “los robos carteriles no son tan amargos cuando uno persigue unos metros al criminal escuchando los tonos de “Strasky & Hutch”, “Hawai-five-o” o “Miami vice””. Otros contaban la nueva perspectiva existencial que supone “agarrar un autobús por los pelos entre las notas “Mission Impossible” o “Born to be wild””. También ha habido referencias a lo sublime que resulta acometer las tareas que se desempeñan normalmente en el lavabo inmerso en la suave y tranquilizante atmósfera del “Canon” de Pachelbel. Finalmente, no podía ser de otra manera, las experiencias sexuales también adquieren un nuevo y mejorado semblante y algunos afirman que en coitos buenos han logrado hacer sonar la obertura del “1812” de Tchaikovsky y, en los muy buenos, las notas álgidas del Coro de los Peregrinos del “Tannhäuser”.
Hace una semana, fecha de la sonada irrupción en el mercado del “LS D-3000”, la histeria se veía desatada en Tokio, Londres, Nueva York y Bratislava, con las masas agolpándose antes las puertas de los comercios y, una vez dentro, aplastando todo a su paso como una manada de búfalos en estampida. Una vez fuera de nuevo, los afortunados compradores, de rodillas y con las manos al cielo, gritaban llenos de júbilo: “ya la oigo, ya la oigo!”. Ante tan mesiánica escena muchos empezaron a abrazarse y tocarse, especialmente en Bratislava, y hasta acabaron haciendo una conga y todo.   
Pero una semana también ha bastado para que nos hayamos podido dar cuenta que esta maravilla de la época ultramoderna también tiene sus menos. Para empezar, algunos mencionan lo engorroso de tener que hacerse el implante uno mismo, para lo cual el producto adjunta un kit de autocirugía individual. Muchas asociaciones de padres se han quejado a las autoridades alegando que esa práctica fomenta la irresponsabilidad, las infecciones y que la anestesia local está causando sensación en las discotecas. Otro tipo de advertencias las ha lanzado un equipo investigador del Instituto Epsing, quienes notaron que la música puede llegar a hastiar a ciertos tipos de personalidades y fomentar la agresividad.
Además de esto, algunos usuarios ya han alertado de casos de mal funcionamiento en el “LS D-3000”. Un contable de Newport, Rhode Island, aseguraba que el aparato se había encallado de tal manera que cada vez que estornudaba tenía que escuchar “Brown girl in the ring”, entera. Una estilista de Fussen, Alemania, oía varias canciones de los Modern Talking cada vez que se encontraba con su madre, lo que le ocasionaría pronunciados desordenes mentales. Un hombre entre empleos de Beaulieu-sur-mer, nervioso de naturaleza y propenso a las depresiones, acostumbraba a experimentar un sentimiento de desapego al despertarse por la mañana, por lo que lo hacía entre los acordes repentinos de “Rage against the machine” o “System of a down” lo que, a su turno, le provocaba sucesivas taquicardias.
A medida que pasan los días crece el número de críticas y también su complejidad. Ya hay quien dice que el “LS D-3000” sencillamente no tiene capacidad de interpretar correctamente todo el flujo de información cultural que rodea al individuo y cómo este imprime sutiles aunque cruciales matices en las distintas emociones que van apareciendo en un día normal rutinario. Sería por ello que, muchas veces, el aparato simplemente confunde una variación muy específica de una emoción (ej. el amor a una mascota) con la tipología base de la que esta procede (ej, el amor). Ello puede ocasionar algunas neurosis en los usuarios, fruto de un conocido proceso de disonancia cognitiva, y también serios aprietos y dilemas identitarios. Hay casos documentados en los que gente a quien no le gusta su trabajo, o su familia, y que no dejan de escuchar las penetrantes variaciones de Phillip Glass o algo de Mahler. Con esto, sometidos los sujetos a esta fuente de tensión constante, aparecen accesos de violencia desatada y la policía no descarta que esto sea la causa oculta que hay detrás del macabro suceso acaecido hace dos dias en una fábrica de peluches de Alabama. Tampoco se descarta que este tipo de confusiones del “Life Soundtrack” esté relacionado con el creciente número de tanganas que se están dando en los vestuarios masculinos de gimnasios de todo el mundo. 
Sin embargo, estas aún son especulaciones. Si hay que atribuir, empero, una víctima mortal al uso del “LS D-3000” esta tiene que ser la de un vecino Amberes a quien sus amigos quisieron dar una sorpresa implantándole el aparato mientras dormía y haciendo que sonara ininterrumpidamente “La vida es una tómbola”. La televisión estatal pudo captar los últimos instantes del desdichado homenajeado, quien, encaramado a los 97 metros de alto del Boerentoren, no cesaba de gritar: “paren esooo, paren eeeso....., tom, tom, tómbola...”. Al cabo de unos pocos minutos, las fuerzas le fallaron y prefirió dejarse caer al vacío.
Con todo, contando el amplio abanico de críticas diversas y las manifestaciones en su contra por representar la posibilidad de una monitorización emocional del conjunto de la humanidad del pasado martes, el alegato más serio que el “LS D-3000” ha visto en su contra es el presentado en el estado de Tejas por un grupo de abogados en contra de la experimentación que se está haciendo el gobierno de los EE.UU. para ver si es realmente posible ejecutar reos a base de la iteración de temas de las Spice Girls.

                                                                                   CGM.

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