Gran parte de los países que pertenecen a la OCDE se despertaron ayer en medio del escalofrío producido por la sorprendente noticia. El Comité Hansonsen para la salud pública confirmó a las 08:00 a.m., después de meses de investigación, que hay una correlación positiva intensa entre el uso de los modelos de taza de váter típicamente occidentales y una variante muy específica del cáncer de próstata.
La historia mediàtica de lo que ya se conoce como "el segundo watergate" comenzó hace dos años, cuando Phyllis Morgan, residente en Rapid City, en el estado de Carolina del Sur, observó que, de los 78 gatos acostumbrados a usar su retrete, por lo menos 26 habían muerto o se encontraban gravemente enfermos. Casualmente, también observó Phyllis, los afectados eran aquellos gatos más escrupulosos y altivos de los que frecuentaban su casa. Eso provocó la alarma en el pueblo de la señora Morgan, puesto que esta irrumpió en el ayuntamiento local anunciando un pronto Apocalipsis y portando un rifle de caza mayor que su difunto marido usaba para ahuyentar a los niños de su decrépito césped. No fueron tanto los muertos y las decenas de heridos de aquel día lo que llamó la atención de dos investigadores del Instituto de Salud Pública de Nebraska, sino más bien el siniestro mensaje de una viuda de 95 años abatida por las unidades especiales de asalto del FBI.
Steve Hansonsen y Jerry Refn habian trabajado juntos en asuntos menores, como el de las supuestas ratas con habilidades de cerrajería que, a pesar de todo, sembraron el terror en la ciudad de Lincoln a finales de la pasada década. En el caso anunciado por la señora Morgan los dos investigadores rápidamente vieron una oportunidad para resarcir sus carreras y ganarse el respeto de su colegas académicos. Por fortuna, nada más llegar a Rapid City, Hansonsen y Refn pudieron comprobar que la muestra de gatos de la señora Morgan se había mantenido intacta, puesto que estos habían seguido alimentándose de la porquería acumulada en su casa en años de actividad de una personalidad perturbada. De esta forma, y gracias a la inestimable ayuda del Servicio de Control de Animales Viciosos de Rapid City, los investigadores del vecino estado de Nebraska pudieron trazar la causa del mal de los gatos en el uso del retrete.
El asunto dio el salto a las agendas de los medios nacionales cuando Jerry Refn, que se había ofrecido como cobaya y había ingerido varios quilos de naranjas al día de forma sostenida, desarrolló la vertiente mortal del cáncer en tan solo tres semanas de experimentos. Refn murió al cabo de meses y con ello comenzó la cruzada proselitista de Hansonsen, la cual encontró audiencia, primero, entre algunas sectas evangelistas, como la de los "Hijos predilectos del octavo día, que vuelve a ser el primero" y, más tarde, en el canal de noticias Fox News. A las pocas semanas las alarmas de Hansonsen podían verse y oírse en toda Europa y Norteamérica. Las causas de la fatal vertiente del cáncer salieron, por fin, a la luz pública.
En sus pesquisas, Hansonsen y Refn llegaron a vislumbrar que todos los diseños de tazas de váter usados en occidente descienden de un único modelo oriundo de la Francia prerrevolucionaria del siglo XVIII, conocido entonces como "la blanche bouche". El diseño fue prohibido durante el terror revolucionario por ser considerado un símbolo de la resistencia soterrada del Ancient Regime y su inminente intento de contrarrevolución. Con la derrota de los ideales de los montagnards de Robespierre (quienes, se puede deducir, eran los más radicales detractores de la blanche bouche) el diseño fue progresivamente recuperado, hasta el punto de ser la principal fuente de inspiración de los váteres de la época industrial. Un dato poco conocido del pasado siglo XX es que el famoso fabricante de automóviles Henry Ford también produjo en serie todos los elementos de los aseos de la enorme fábrica de Willow run. A su vez, los modelos promocionados, de esta suerte, en sociedades donde la población adquiría un creciente bienestar material, también provenían, fundamentalmente, de los mismos lineamientos estructurales y estéticos de la blanche bouche. Ford en persona bautizo su modelo como el "white dome", en una particular actitud de tributo a las instituciones políticas de su país.
Sin embargo, en todos los periodos históricos precedentes se desconocía el siniestro dato que en la actualidad ha desatado la histeria desde San Francisco hasta Moscú. De esta forma una de las lacras que muy probablemente llevó a la decrepitud y la crapulencia de la dinastía de los Capet ha sido heredado por el conjunto de la civilización occidental, llegando a cuestionar sus mismos cimientos.
Por lo que parece, según se desprende del estudio de Hansonsen y Refn, una constante del 40% de los usuarios occidentales tienden a sentarse en un extremo de la circunferencia de la taza, con tal que, cuando las deposiciones impactan contra la superficie del agua, estas no salpiquen, de forma ignominiosa, hacia un terreno completamente desguardado. Sin embargo, una de las consecuencias de esta precavida actitud es que no permite la normal contracción y descontracción de los músculos abdominales y del esfínter, cargándolos de estrés. A la larga, con la constancia y los años, la próstata se resiente de la acumulación de sobreesfuerzo en otros músculos y organismos, inhibiendo la capacidad de apoptosis de la parte trasera inferior de sus células.
La confirmación de la nada halagüeña hipótesis de Hansonsen, a su vez, ha dado alas a las teorías conspirativas que atribuyen el estado de la situación no a un accidente de la historia, sino a la acción consciente de una rama especialmente sectaria y frustrada de los masones. Según estas versiones, el grupo conocido como del "Inesperado Juicio" habría conspirado desde el siglo XVII para hacerse con el control de los gremios de ceramistas de toda Europa, a partir de lo cual derrocar a todas las clases gobernantes de las potencias occidentales, acto seguido hacerse con el poder, exterminar al resto de la humanidad y suicidarse en masa junto a toda la población de yaks del planeta, finalmente. Según cada vez más observadores, en la actualidad podríamos encontrarnos en la antesala de esta negra profecía.
Por su parte, las autoridades competentes y la mayoría del resto han tratado de lanzar un mensaje de calma a la población. Desde Bruselas, el portavoz en funciones de la UE ha declarado que "no hay motivos para cambiar las pautas habituales de consumo y que no hay motivos para el pánico...bueno tal vez alguno..., alguno pequeño..., vaya los de siempre, hay que tener el pánico de siempre, vaya... no hay motivos para un pánico desatado, siempre que se preserve el normal y absolutamente sano pánico de cada día, el que hace funcionar a nuestras sociedades".
A pesar de los encomiables esfuerzos de las autoridades, muchos empiezan a buscar una salida en los váteres chinos los cuales, al parecer, son un poco más incómodos, pero canalizan las energías negativas del karma hacia la taza y hacen tener unos dientes más blancos.
CGM.
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